Libro 32 – Capítulo 39

Trigésimo segundo libro del Enquiridión, Manual de Epicteto o Manual de Vida, de Arriano

Traducciones

Traducción de D.J.O.P

Capítulo 39

[1] ¿Consultas adivinos? Acuérdate que ignoras el éxito de lo consultado, y que para saberlo lo consultas. Pero pues eres filósofo, ya lo sabias yendo a consultar al adivino. Porque si el negocio es de cosas que no están en nuestra mano, es absolutamente necesario que ni sea malo ni bueno. No lleves, pues, a los agoreros deseos ni aversiones; pues si las llevas, irás a ellos temblando. Debes tener deliberado que todo evento es indiferente: que cualquiera que él fuere no te pertenece a ti; y que puedes usar bien de él sin que nadie te lo estorbe. Acude, pues, confiado a los consultores y a los Dioses. Si te aconsejaron algo, mira bien quiénes te aconsejaron, y a quiénes desobedeces si lo desechas. Recibe los oráculos según Sócrates quería se recibiesen, a saber, sobre cosas cuya consideración es toda de la relación del evento, y por raciocinio ni por arte se descubre camino de prever lo que se propone y consulta. Por Io cual, cuando hayas de defender al amigo o a la patria que se hallen en peligro, no consultes a nadie si debes o no defenderlos. Pues si el arúspice te dice que las entrañas amenazan infortunios, y consta que anuncian muerte, mutilación, destierro, pronta tienes la razón, que manda en estos lances arriesgarlo todo por el amigo y por la patria. Lo que has de consultar es el hecho del primero de los vates Apolo, el cual echó del templo a uno que no había socorrido a su amigo que se hallaba en peligro de ser muerto.

Referencias

  • Manual de Epicteto por Arriano, Capítulo 39, Traducción directa del Griego Común por D.J.O.P (1816). En algunos de los 79 capítulos originales, se han incorporado algunas mejoras para facilitar su comprensión por parte del equipo de NeoCinismo.com, aplicando la licencia CC-BY-NC-SA del sitio para su reproducción.