Vigésimo noveno libro del Enquiridión, Manual de Epicteto o Manual de Vida, de Arriano
Traducciones
Traducción de D.J.O.P
Capítulo 34
[1] Emprende, pues, las cosas, considerados primero los antecedentes y consiguientes. Si no lo haces así, resultará, que cuando alguna desgracia se manifieste, te sentirás deshonrado.
Capítulo 35
[2] ¿Quieres vencer en los juegos olímpicos? También lo quisiera yo, por cierto, como cosa tan aplaudida. Pero considera primero lo que precede y se sigue, y emprende luego la cosa. Deberás guardar el orden establecido: comer por fuerza; abstenerte de comidas de poca substancia; ejercitarte por necesidad en determinadas horas, en calor, en frío; no beber agua fría, ni tampoco vino, como es costumbre. En una palabra, te habrás de poner en manos y régimen del maestro de gladiadores, lo mismo que en las del médico (*). Después te habrás de presentar en la palestra y a la lucha. Ya te lastimarás la mano, ya darás una torcida de pie. Tragarás mucho polvo, recibirás muy buenos golpes; y después de todo esto, serás vencido. Considerados estos extremos, entra en la palestra si tienes ánimo. Pero si no lo tienes, desiste, y haz como los muchachos, que en sus juegos ya imitan a los atletas, ya a los músicos, ya a los gladiadores, ya a los trompeteros, ya también a los actores trágicos. Así tú, ahora atleta, gladiador ahora, luego retórico, después filósofo, y por fin y postre, nada de todo. De esta manera harás como el mono, imitando cuanto veas, y corriendo de unas cosas en otras, por no considerar una y otra vez primero lo que emprendes, antes bien siguiendo neciamente tus aprehensiones. Así algunos, viendo un filósofo, y oyéndole pronunciar ¡Qué bien dice Sócrates! ¿o quién podrá discurrir como Sócrates? al instante se quieren meter a filósofos.
Capítulo 36
[3] Examina, pues, primero cual sea la cosa: luego ni ira si tus fuerzas pueden sobrellevarla. ¿Quieres ser quinqüercion o palestrista? Pues examina tus brazos, tus muslos y tus lomos, pues la naturaleza proporciona las cosas según a cada una conviene. ¿Crees que emprendiendo este oficio podrás comer así, beber así y sufrir los otros fastidios? Será fuerza velar, trabajar, dejar a los tuyos. Te despreciarán los muchachos. En todas las cosas serás el último, en el honor, en el mando, en la justicia y cualquier negocio. Examina, pues, bien estas cosas, si quieres feriarte a poco precio tu quietud, tu libertad, tu sosiego. Si así no lo haces, mira no sea que como los muchachos seas ahora filósofo, ahora asentista, luego retórico, y después criado de César. No consuenan estas cosas. Eres un hombre solo, y debes ser bueno o malo. O has de ejercitar la mente, o el cuerpo: o trabajar interior o exteriormente; que, es decir, o has de ser filósofo o plebeyo.
Referencias
- Manual de Epicteto por Arriano, Capítulos 34, 35 y 36, Traducción directa del Griego Común por D.J.O.P (1816). En algunos de los 79 capítulos originales, se han incorporado algunas mejoras para facilitar su comprensión por parte del equipo de NeoCinismo.com, aplicando la licencia CC-BY-NC-SA del sitio para su reproducción.